No es un mito que las parejas con problemas de dinero, preocupaciones y malos hábitos financieros pueden llevar un matrimonio infeliz. Al final, hasta pueden destruirlo. Conozca los errores más frecuentes y proteja su hogar.
El dinero y el matrimonio es un problema histórico. En los momentos de auge y de crisis las parejas siempre estarán buscando un futuro mejor y por lo tanto luchando por el dinero. De ahí la importancia de mejorar las actitudes sobre el dinero y la comunicación.
Las finanzas son la mayor causa de estrés de las personas y esta situación en pareja normalmente puede desencadenar unos conflictos que si no se saben administrar pueden llevar a crisis matrimoniales y hasta el divorcio. A continuación los cinco más comunes:
Materialismo. Valorar más las cosas o el dinero que la relación. Un reciente estudio de la Universidad Brigham Young (BYU) y la Universidad William Jefferson encontró que las parejas que son materialistas se encuentran en la parte más baja en la escala de felicidad. En este caso no es una situación de escasez de dinero lo que daña la relación, es un problema del valor que se le da a la otra persona y al matrimonio.
Conflictos por hábitos financieros. Sentir que la pareja se gasta el dinero de manera poco inteligente es una de las causas más comunes de divorcio, la probabilidad de separarse aumenta en un 45%, dice el trabajo “Parejas que ahorran son las más felices”, de Jeffrey Dew. De ahí la importancia que una de las dos personas que componen el matrimonio sepa administrar bien el dinero y trabaje por la estabilidad financiera familiar.
Tratar de imponer comportamientos. Una cosa es ver que su esposo se gasta la plata en cosas que para usted no tienen sentido y otra es sentir que administra mal el dinero y que los puede llevar a la quiebra. Para evitar que se vuelva una obsesión controlar el gasto familiar, lo importante es entender que en el matrimonio hay que negociar casi todo, por ejemplo cómo se van a manejar las finanzas.
Los roles tradicionales en el hogar muchas veces no funcionan. Creer que el hombre debe encargarse de la planificación financiera de largo plazo y de las inversiones y que la mujer debe administrar el flujo de caja diario no aplica para todas las parejas. Esta organización tradicional muchas veces no funciona porque cada persona tiene un comportamiento financiero diferente, independiente del género. La clave es identificar cuál de los dos tiene aptitudes para cada rol y escoger el modelo financiero que van a llevar en el hogar.
Cuando son diferentes los estilos en cuanto al dinero. No es raro ver que polos opuestos se atraigan. En muchas parejas se encuentra que mientras uno es el gastador, el otro es más conservador y ahorrativo. En este caso es imposible hacer cambiar a la otra persona, por eso en lugar de hacer de esto una tragedia y motivo de peleas y discusiones, hay que adaptar el presupuesto familiar al estilo de las dos personas. Por ejemplo, el gastador se puede encargar del presupuesto de corto plazo y el fondo de emergencias y el ahorrativo del plan de retiro, de las inversiones y las metas financieras de largo plazo.
Pensamiento mágico. No espere obtener resultados sin un plan. Desarrollar un plan conjunto y revisarlo por lo menos anualmente mueve a las parejas en la misma dirección hacia los planes y objetivos que se han trazado juntos.
Fuente: http://www.finanzaspersonales.com.co//hogar-y-familia/articulo/cinco-errores-financieros-arruinan-matrimonios/43626
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